Yasuní es uno de los lugares más biodiversos del mundo, además del
hogar de una de las mayores variedades genéticas de animales y plantas
del planeta. Abarca cerca de un millón de hectáreas de selva tropical
virgen y está situada en la Amazonia ecuatoriana, extendiéndose sobre
todo en la provincia de Francisco de Orellana.
Se cree que esta zona no se congeló durante la última edad de hielo,
que comenzó hace dos millones de años y se extendió hasta hace unos
10.000 años. Como resultado, se convirtió en una isla de vegetación,
refugio de la flora y la fauna, donde sobrevivieron y desde donde
finalmente repoblaron la Amazonía.
El Parque Nacional de Yasuní es famoso por su extraordinaria y única biodiversidad. Por ejemplo, esta selva cuenta con el mayor número de especies de árboles por hectárea en el mundo. Sólo una hectárea de Yasuní acoge el mismo número de especies de árboles nativos que toda América del Norte.
El Parque contiene el 44% de los pájaros de la cuenca del Amazonas,
hecho que la convierte en uno de los lugares de aves más ricos de la
tierra. Las estadísticas están llenas de ejemplos similares en cuanto a
distintas variedades de murciélagos, anfibios, reptiles, abejas y otras
criaturas.
En 1989 la UNESCO declaró al parque como Bio-reserva y Herencia Cultural debido a su excepcional diversidad y la presencia de los pueblos Taromenane y Tagaeri.
El Gobierno nacional ecuatoriano declaró 700.000 hectáreas del parque
“Zona Intangible”. Esta declaración implica que la zona ha de ser
protegida de la minería, la extracción petrolífera, la tala de árboles,
la colonización o cualquier actividad que pudiera alterar la
biodiversidad y la cultura etnológica de la zona.
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